El libro de Jonás: “Para mí, la idea de un libro es que sea lo más personal y universal posible”
- Revista Paréntesis
- 12 may 2019
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 12 may 2019
Entrevista realizada al escritor Marvin Castillo Solís, durante la Feria del Libro, Antigua Aduana, San José, Costa Rica, el 11 de mayo del 2019.
Nos gustaría que nos explicara el proceso de creación del libro: ¿Cuánto tardó escribiéndolo? Además, ¿cuál fue la influencia de los talleres literarios?
Primero, el libro tiene 9 años de trabajo. Los poemas más viejos son del 2010. En cuanto a cuáles son los primeros y cuáles son los últimos, no es fácil distinguirlo en el libro. Este se organiza como un viaje de Pérez Zeledón hacia San José. Hay cosas sobre Pérez Zeledón que aparecen al inicio, que las escribí hace poco y otras hace muchos años.
Entonces, no es fácil, pero, para distinguirlos de alguna forma, los más nuevos serían los que están en versos largos o los que son muy conversacionales, porque ese es el estilo que he querido tomar en los últimos años.

Con respecto al taller. En realidad, el taller Joaquín Gutiérrez lo empecé junto a otros estudiantes en el 2013. Empezó en la Facultad de Letras [de la UCR], como una iniciativa de la Asociación de Estudiantes de Filología, cuando formé parte del directorio. Fue una idea que surgió, también, porque yo me había quedado sin taller.
Estuve tallereando en el curso de Julieta Dobles. Cuando el curso acabó, nos estuvimos reuniendo en una casa a tallerear entre otras personas que llevamos ese curso. Duró como un año, luego, me dejaron de invitar a las reuniones porque yo empecé a formar parte de la Asociación y a ellos les parecía que eso era muy académico.
Ese va a ser el título de la entrevista, “me dejaron de invitar a las reuniones, porque les parecía muy académico”.
(Ríe) ¡No, ojalá que no! Luego les llama la atención y no me gustaría que lo leyeran. [Nota del editor: Muy tarde]. Pues, pensé: “voy a aprovechar el espacio que tiene la Asociación y voy a pedir un aula”. Hicimos un afiche, convocamos, comenzamos a reunirnos. Y sí, el taller ha influido mucho en el libro. Podría decirse que hay una dialéctica entre el tallereo y la creación del libro, porque todos los textos que yo escribía o revisaba obscesivamente en mi casa, luego los ponía a merced del grupo para que los revisaran ellos.
Una vez acumulados los poemas, durante nueve años, tras revisiones mías y las revisiones del taller, una persona me ayudó mucho en el proceso de edición: Dennis Ávila. Con él hice dos revisiones del libro completo, me ayudó muchísimo a darle al libro un concepto.
¿Este libro gira en torno a una sola idea o temática o hacía varios temas interrelacionados?
Hay escritores, como dice Jorge Boccanera, que escriben con red y otros que escriben sin red, en el sentido de los conceptos y las metáforas. Borges es un escritor de redes. Él tiene su red en donde todo habla de los laberintos, los espejos, la luna, el tiempo... [...] La reformulación es tan exitosa que a partir de eso construye una obra monumental.
No es mi caso, yo soy de la gente que escribe sin red, escribe de los temas que necesita escribir y para los cuales se siente relativamente preparado para hablar. Yo me senté a escribir durante nueve años acerca de todo lo que sentía que necesitaba decir y cuando me devuelvo a revisar el libro, veo que hay un orden que no sale de una idea; sino de varias ideas interrelacionadas por mi vida. Al final, Dennis sugiere que haga el libro con una estructura de varias secciones, me di cuenta de que hay 4 temas principales.
¿Cuáles son esos 4 temas?
La primera sección sería la vida dramática de las familias en el campo. La segunda tiene que ver con otros temas en los que no profundizo tanto, pero me llamaron suficiente la atención para escribir uno o dos poemas. La segunda sección es bastante miscelánea. La tercera sería sobre el mismo oficio de escribir, son artes poéticas. La última, son los poemas de San José, dedicados al centro de la capital, escritos ya con 7 años de vivir aquí, cuando me doy cuenta, acepto, o me doy permiso de aceptar, que San José me gusta. Antes no me daba ese permiso.
Es difícil, ¿verdad?
Sí, porque uno tiene un regionalismo mal fundado. Si el lugar de donde uno viene fuera tan lindo como cree, nunca se habría ido. Eso es una ilusión. Tampoco significa que idealice a San José. Todo lo contrario: en el libro, San José aparece en descomposición.
¿Porqué Jonás? ¿Hay una relación con la Biblia? ¿La relación estaría en un poema o en varios?
Sí, la relación con la Biblia es explícita. Estoy tomando el título tal cual. Está relacionado porque hay un poema epónimo, el que le da el título al libro. Tiene que ver con conversaciones que yo tenía con un amigo de San José que está en una situación de “calle”. Cuando él, en un momento me dijo su nombre, a punta de asociaciones bíblicas, todo se organizó para hacer ese poema.
Sin embargo, la relación con la Biblia está a lo largo de todo el libro.
Yo creo que es necesario como no creyente, como ateo, releer la Biblia de una manera laica, crítica, estética y transformarla en algo que para mí sea significativo.
Me crió una familia católica y la Biblia la conozco relativamente, pero ya no tiene para mí el significado que tenía en la infancia, cuando me causaba temor, inseguridad y otro montón de emociones similares. Ahora que dejé de creer, me gusta mucho más y parece muy necesario leerla y transformarla escribiendo.
¿Influye en el libro el público meta, a la hora de editarlo con Dennis? ¿O usted lo ve como una parte suya que quiere comunicar y no piensa en un público meta específico?
La respuesta es muy paradójica. La poesía tiene muchas cosas paradójicas:
Para mí, la idea de un libro es que sea lo más personal y lo más universal posible. Es decir, para mí, la escritura es tomar lo más íntimo que tiene uno, como persona, y transformarlo de la mejor manera posible para hacer que una persona desconocida pueda sentirse identificada.
Entonces, sí, pienso en los lectores. No solo en las personas que podrían comprar el libro, porque en Costa Rica el mercado del libro es pequeño, sino incluso en la gente que escucha en recitales, porque hay recitales que son una verdadera tortura y es porque hay una lista de veinte autores que dicen solo escribir para ellos. Me parece necesario pensar en el público y creo que eso es algo que hace la diferencia, a lo largo de los años, cuando un escritor desarrolla su carrera.

En un ámbito más amplio, me gustaría preguntarle sobre el área literaria. ¿Usted cree que el proceso de publicación, para escritores jóvenes ahora es más democrático que antes o sigue siendo difícil publicar?
Sigue siendo difícil, pero no tanto como antes. Por ejemplo, muchos escritores de las generaciones anteriores pueden contar que hubo un momento en que, en este país, si su libro no le gustaba a Joaquín Gutiérrez, Carmen Naranjo o Alberto Cañas, no se publicaba. En ese sentido, creo que ahora más opciones.
El boom de las editoriales independientes, que se ha desatado en el siglo XXI, ha permitido que la gente, que está ahora en talleres literarios, tenga una opción variada de editoriales independientes a las que puede mandar sus textos y, además, hay otras editoriales estatales que siguen bastante abiertas.
Por ejemplo, la UNED [Universidad Estatal a Distancia], que tiene convocatorias abiertas, es un reducto muy importante para la publicación en Costa Rica.

¿Estaría dispuesto a afirmar que existe una nueva generación de escritores, si tienen alguna característica en común? ¿O ya no deberíamos clasificar la literatura en esa forma?
Creo que las clasificaciones siempre son necesarias, nada más que no hay que creérselas. Hay que saber que son divisiones logísticas para hacer investigación.
Desde la Feria del Libro del año pasado, del 2018, se ha marcado muy claramente la coordinación entre todo un grupo de escritores nuevos que estaba formado; en ese momento, por el Taller Literario Comelibros, de Pérez Zeledón; Vertedero Satélite, que ya no existe; y el taller Joaquín Gutiérrez. Desde el año pasado, tomamos conciencia de que éramos una generación distinta, sobre todo porque estábamos trabajando de manera coordinada para entrar a la Feria, de una manera en que no han coordinado los escritores de la generación anterior, y que probablemente no se ha visto desde los sesentas.
También porque tenemos ciertos enfoques distintos.
Por ejemplo, ya para nosotros esta superada, y la abordamos con parodia e ironía, esa supuesta gran polémica entre el trascendentalismo y el realismo sucio, que dominó durante más de una década las discusiones en la literatura nacional. Para nosotros, que somos una generación globalizada, es una cosa de un nacionalismo ridículo.
Me parece que ese es el rasgo que unifica la generación: el haber superado, emocionalmente, la discusión entre el trascendentalismo y el realismo sucio; la cual, a la larga, no fue tal y ni siquiera hubo muchos escritores implicados.
Finalmente, ¿sobre cuáles otros temas le gustarían escribir en el futuro?
Tengo un libro inédito. Lo estoy terminando. Trata sobre un tema que aparece en El libro de Jonás (2019), pero que no se desarrolla tanto. Es el de la primera sección, lo dramática que puede ser la vida en el campo.
Ahora, son responsables de esto los medios de comunicación masiva, como la televisión y la prensa escrita. Hay un problema cultural: la figura del campesino, en el país, se percibe como una cuestión que oscila entre lo bucólico y lo ridículo. Entonces, me parece que hace falta plantear una contraria a ese tipo de planteamientos, hablar de lo dramática y traumática que puede ser la vida en el campo. De eso va el otro libro que estoy terminado. No me he planteado cuáles temas siguen, en realidad, pero siempre irán asociados a mi experiencia, no puedo pronosticarlo.
¿Cuáles actividades están asociadas a El libro de Jonás? ¿En cuál stand de la Feria del Libro se puede encontrar?
Se está vendiendo en el stand de Ediciones Perro Azul, en el primer piso de la Casa del Cuño. La presentación va a ser el martes 14 de mayo a las 8:00 p. m. en el Café Rayuela.
Después de la Feria del Libro, Perro Azul distribuye en La librería andante y en Libros Duluoz.
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