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  • Revista Paréntesis

Los demonios de Auburgo: "La incertidumbre y el fracaso son dos temas que me interesa explorar"

Entrevista realizada a Víctor M. Obregón, por Marijose Chaverri y Erick Núñez, el 29 de junio del 2019 algunas semanas después de la publicación de Los demonios de Auburgo. Durante la entrevista hablamos sobre las expectativas a las que se someten los escritores latinoamericanos que se interesan por la fantasía, la relación con las nociones de Latinoamérica y las condiciones de publicación en España.


Sobre el libro, el proceso de creación y las expectativas con respecto a la Fantasía.


Erick Núñez: ¿Nos puede contar primero de qué trata la novela? 

A grandes rasgos el libro narra la historia de dos muchachos que viven en una sociedad estilo americana colonial, pero con un giro de fantasía, las criaturas que están en el bosque son realmente mágicas, son monstruosas en algunos casos y la ciudad se defiende de esa magia de la selva con su propia magia citadina que está muy relacionada a su cultura y religión.

Los conflictos de los personajes van desde dentro de la ciudad hacia fuera, pero también se refieren a la forma en que ellos se adaptan o fallan en adaptarse a esa sociedad, pues a la vez tiene sus leyes sociales, sus dogmas, sus miedos. El enfoque del libro se centra más en los personajes que están en ese conflicto entre la selva y la ciudad.


Los demonios de Auburgo es la primera novela de Víctor M. Obregón. Foto: Esteban Gutiérrez.


Ahora bien, tenés que considerar que cualquier latinoamericano que se acerque a la fantasía, tiene que justificar porqué no está escribiendo realismo mágico

Yo a propósito me estoy alejando del realismo mágico, a favor de algo que es muy conocido en ciertos ambientes, la literatura fantástica juvenil, pero tampoco voy a ignorar décadas de tradición. Mi paso por la universidad, en cualquier caso, me permitió ampliar mi conocimiento y perspectiva de qué es literatura, también perderle el miedo a sentir que uno escribe o no escribe literatura, para mí fue todo un paso desechar dogmas y desechar preconcepciones de lo que es la literatura latinoamericana o de cualquier tipo.

Como muy bien decía un amigo de carrera, uno entra a Filología en muchos casos porque quiere aprender a escribir, pero en realidad lo que aprendés es a leer y eso es más valioso.

Mucho de este proceso me llegó porque estaba en un momento mental adecuado, porque dejé atrás esas pretensiones de escribir una gran obra literaria, o de escribir algo que se pudiera comparar con otra cosa, sino decir: "en primer lugar, lo estoy escribiendo por mi propio disfrute".


Marijose Chaverri: Es casi paradójico, todos los años que han pasado desde la cúspide del realismo mágico y todavía existe esa expectativa sobre los escritores latinoamericanos. Pero, creo que vos no querés hacer realismo mágico ni tampoco hacer “estilo gringo” o hacer fantasía como se espera de cosas tan consolidadas como Tolkien.


Creo que eso fue lo que [la carrera de] Filología un poco me ayudó a entender: el papel de un autor en su época. Si bien no quería escribir realismo mágico, tampoco tenía ninguna pretensión de acercarme a Tolkien porque ahora entiendo mucho mejor lo que Tolkien quiso hacer: él estaba tratando de acercarse a la épica más clásica. Yo no tengo ningún interés en escribir épica, no quiero hablar de esas grandes gestas heroicas, quiero acercarme más a los personajes, a sus problemas personales, envueltos en un mundo mágico y fantástico. Mis influencias en ese sentido estaban más cerca de literatura juvenil, animé, videojuegos y cosas así.

El realismo mágico tiene interés, creo yo, en hablar de esa magia de Latinoamérica como parte de la vida diaria de las personas, incidentalmente. Mi interés era un mundo mágico con sus propias reglas donde la magia existe como un elemento del mundo, que se puede definir mucho mejor que en el realismo mágico.

Me dije: “bueno, voy a tener un sistema de magia con reglas específicas, y esas reglas ¿en qué se van a basar?” Ahí es donde estaba el asunto: voy a basarme en cosas propias de la realidad latinoamericana, pero no voy a justificar el origen de la magia como algo tan espontáneo o tan… ¿cómo se diría?


Erick Núñez: ...como un artificio literario, básicamente porque sí.


Exacto, al realismo mágico no le importa el por qué. En cambio yo quería un mundo donde todas esas reglas son, de cierta manera, hasta científicas: la magia es un tipo de conocimiento que todo el mundo tiene la capacidad de hacer y se puede aprender, pero no quiere decir que el que quiera pueda lograrlo. Yo ni siquiera diría que la magia es el elemento principal del mundo para todos los personajes.


Sobre la noción de Latinoamérica y la ambientación en la Colonia.


Erick: Dentro de todo este proceso de conseguir la ficción, construir el mundo con sus reglas, con sus poblaciones y características, la cultura de la magia ¿por qué considerar esa ficción en la colonia?


Creo que uno de los aspectos es que es una época que yo veo muy poco representada, hay un gran interés en el final del siglo XIX por la revolución industrial y aunque es un cambio fascinante en el mundo, yo había tenido mi experiencia leyendo un poco sobre la Colonia, también, hubo un momento en el que leí sobre Simón Bolívar, un análisis de cierto aspecto heroico sobre él  y me quedó la idea un poco sobre cómo concebimos las gestas heroicas de la fundación de Latinoamérica y cómo estas son igual de fantásticas en muchos casos.

Ese período histórico me parece interesante porque es un momento más bien de incertidumbre y siento que es relevante en nuestra época hablar de la incertidumbre.

Iris es uno de los personajes que trata de ser aceptada por la sociedad de Auburgo mientras, al mismo tiempo, defiende la ciudad de amenazas mágicas externas. Ilustración: Esteban Sanz

Una de las cosas por las cuales mis personajes sufren más es la incertidumbre, sobre no ser suficientemente bueno para sobrevivir en el mundo por ejemplo, en general, para poder adaptarse, para poder ser alguien; es un conflicto que está muy a flor de piel en nuestra generación.


Yo siento que hay una conexión ideológica con esta época de la colonia, porque había una gran incertidumbre política, sobre todo en la época que mi libro no alcanza aún pero a la cual sí me gustaría llegar eventualmente, a una parte con la gente navegando por un río como el Amazonas, donde la frontera es acuática, es cambiante, el mundo se transforma constantemente y nadie sabe dónde termina una cosa y empieza la otra. Ese momento tan interesante de “ya no somos colonia”, pero ¿qué somos en realidad?


Ahí me topé con este problema: ¿quiero hablar sobre la realidad histórica y hacer un comentario al respecto? No, hay personas que han hecho ese comentario mucho mejor de lo que yo lo podría hacer.

Por otro lado, no me interesa que los personajes sean los grandes catalizadores para crear grandes cambios, todo lo contrario, me interesa más este personaje que sobrevive a sus circunstancias, pero no es dueño de su propio destino y eso es un poco chocante contra el estereotipo del héroe de fantasía quien tiene que ser un elegido, aunque él no lo sepa.

Me gusta más que mis personajes se tengan que enfrentar al hecho de que el mundo es muy grande y muy complicado y que en realidad nadie tiene el destino del mundo en sus manos.

Ahora volvamos un momento a ciertos elementos latinoamericanos: Hay dos elementos para mí fueron muy importantes. Para mí era imposible hablar de Latinoamérica sin hablar de catolicismo, no tenía sentido, lo que hice fue una religión que se inspira en el catolicismo y que toma mucha de su estética, su ideología, y la adapté a mis necesidades; es algo muy particular de nuestra manera de ver el mundo, sobre el bien y el mal, por ejemplo. Para los personajes tiene connotaciones negativas, más para unos que para otros, ese maniqueísmo entre el bien y el mal. Por supuesto está representado muy literalmente en la selva y la ciudad: la ciudad nos protege, es el lugar sagrado, es el bien y la selva es el mal, pero los demonios de Auburgo son de ahí, porque la gente de Auburgo decidió que esos son demonios.

Para mí, también, es inconcebible pensar en Latinoamérica sin pensar en la relación entre las comunidades y la naturaleza, la historia que decidí contar en este libro había que tomarla desde el punto de vista de los habitantes de Auburgo, cómo ellos ven el mundo cómo ven la naturaleza.

No quise dejar de lado otras perspectivas al respecto y quería dar suficiente espacio para la duda de si en realidad las cosas son como las pintan desde el interior, o sí hay una visión distinta.

Lo que pretendí hacer en el resto del libro es demostrar que el mundo no es tan blanco y negro; me parece que es más difícil empatizar con alguien una vez que sabés que el mundo no es como ellos creen que es, que empatizar con ellos cuando sí podés entender su perspectiva desde sus términos y luego aprender a ver más allá de esa perspectiva.


Hablamos de su experiencia con el contacto de ciertas culturas indígenas, de la cual se entendía la desconfianza con respecto a la idea de “robar la cultura” para el beneficio de otros.


Sí hubo una preocupación en ese sentido, de no querer hablar de algo que no me toca y además beneficiarme a partir de eso. Pero, tampoco me pareció justo dejarlo fuera, ignorando el papel fundamental que tiene las culturas precolombinas en la formación de Latinoamérica: entonces a la hora para querer crear un mundo que fuera, pues sí, inspirado en Latinoamérica, ¿cómo hacerlo si estamos hablando de una fuerza colonial que viene a un territorio y lo toma? Ese territorio tenía habitantes que se opusieron, resistieron o fueron asimilados. No podemos nada más ignorarlo.

Creo que es algo que me gustaría explorar más a futuro y también hablar sobre la condición de estos pueblos y estas personas; pero también me gustaría incluir la manera en que ellos se ven a sí mismos.

Hay personajes dentro de la historia que al menos van a cuestionar el discurso oficial de Auburgo, y vamos a ver también, a través de sus acciones, que la realidad de lo que existe en la selva no es lo que la ciudad dice, es una realidad más compleja de lo que parece; no es ni salvaje ni caótica ni eminentemente malvada, sino simplemente diferente e incomprendida desde el discurso que se maneja en la ciudad.


Desde la óptica de los ciudadanos de Auburgo, la naturaleza amenaza con destruirlos, sin embargo, no todo es lo que parece. Ilustración: Esteban Saenz.

Erick: Es justamente esa combinación de marcos de referencia lo que genera de cierta manera un poco la incertidumbre, volvemos a eso.



La incertidumbre y el fracaso son dos temas que me interesa mucho explorar en este libro y en todos los que sigan en esta saga.

Es interesante cuando vemos a los personajes fracasar y tener que lidiar con el fracaso. A veces podemos aprender de nuestros errores, mejorar y llegar a algo mejor o a triunfar donde fallamos antes, pero a veces no. A veces las novelas se quedan en ese aspecto patético de lo imposible que es enfrentarse al mundo, siento que hay que ir más allá, tener que hacer las paces con que las cosas no suceden como queremos y que el mundo tal vez nunca nos acepte; que es parte de lo que los personajes tienen que aprender a lidiar de una manera u otra. A veces hay que cambiar y a veces hay que huir.


Erick: Desde mi perspectiva, esa idea del fracaso está muy relacionada con la autodefinición de Latinoamérica como tercermundista.


Claro. Creo que es parte de lo que nos limita, tenemos que triunfar en los términos de los que nos han definido como tercermundistas. […] Hay maneras en que Latinoamérica es tan distinta del resto del mundo que deberíamos darnos más valor por lo que ya somos y por lo que lo que nos define, como nuestra nuestro origen ancestral como europeos y como indígenas americanos, las tradiciones y la manera de ver el mundo, nuestra relación con la naturaleza que son únicas y peculiares de nuestra vivencia, de la manera en que vivimos en esta parte del mundo y que no les damos tanta importancia porque no parecen llevarnos hacia el primer mundo.

Yo no estoy aquí para proponer una revolución ideológica y política a través de libros de fantasía, pero sí me gustaría, mínimo, poder incentivar, pues, una descentralización del conocimiento.


Sobre las circunstancias de publicación en España


¿Por qué España?

A la hora de querer llegar a un público, que ojalá fuera internacional y lo más grande posible, pues España parecía una vitrina lo suficientemente grande y expuesta. Creo que es mucho más probable que un libro internacional llegue a Costa Rica a que un libro publicado exclusivamente en Costa Rica tenga exposición internacional.

Además, el mercado de fantasía en Costa Rica es de nicho, yo soy los que lee fantasía en Costa Rica y sé que a pesar de que hay libros populares que sí llegan a vender muchas copias entre jóvenes, somos un mercado pequeño de los cuales además escribir para un nicho te limita mucho más.

Creo que otro aspecto importante en ese sentido es que la distribución en Latinoamérica es complicada, desde Costa Rica distribuir hacia Latinoamérica es todo un reto.


La novela fue publicada por Ediciones de la Torre. Diseño de portada: Esteban Sanz. Fuente: https://images.app.goo.gl/kwShQ9MssAkHsjqdA

En defensa del voseo

Hubo ciertos temas que discutir, creo que el más importante fue el voseo. Quise utilizarlo porque era apropiado para la época y región que yo quería retratar. El hecho de que la ciudad de Auburgo sea parte de una región que está aislada geográficamente de la capital me permitió justificar que sus usos lingüísticos se parecieran a los de Costa Rica. En ese sentido, nosotros conservamos una variedad lingüística que en España se dejó de usar, eso fue por nuestro aislamiento geográfico y por varias situaciones políticas y sociales de la época.

A mi editor le preocupada que los españoles no lo entendieran, les pareciera que estaba mal escrito pero fue algo que quise defender y mantenerlo en el libro. Primero, porque no me parece que sea imposible entender el texto sin tener un diccionario de costarriqueñismos a la par.

Me pareció importante, además, conservarlo porque si eventualmente, en esta saga de libros quiero seguir explorando este mundo, quiero también contrastar los usos lingüísticos de diferentes regiones y tal vez hasta cierto punto explicar por qué unos tutean y otros vosean y por qué también entre voseos y tuteos hay diferencias.


El mito sobre Latinoamérica

Es importante dialogar con la historia y por eso salió de repente la preocupación en el proceso editorial sobre si estaba promulgando o no la leyenda negra y el colonialismo español, o si, más bien, lo estaba suavizando demasiado. De cierta manera, el mito presente en el libro que se desmiente es que la colonia vino a traer prosperidad y civilización, opuesta a la naturaleza y también ahí incluidas las civilizaciones indígenas. La historia nos demuestra que la realidad es mucho más compleja que eso.


Erick: Para cerrar. El libro ya lleva cierto tiempo a la venta


Sí, José María, mi editor, dijo que la oportunidad que teníamos para presentar el libro en la feria del libro de Madrid era invaluable. Se presentó oficialmente el 2 de junio. Fue fantástico, una experiencia muy linda que me llenó de humildad.

Después de eso, el libro se está distribuyendo en librerías de España.

Hemos hablado con algunas librerías de Costa Rica para ver si existe el interés de traer el libro aquí, pero eso depende totalmente de las librerías, por que ellos tendrían que pedirlo a la editorial. También existe la posibilidad de una co-edición con alguna editorial local que quisiera trabajar con la editorial española hacer una edición local.


Nota editorial: La edición digital de Los demonios de Auburgo se puede comprar vía Amazon o directamente en la página de Ediciones de la Torre


Información de contacto de Víctor M. Obregón:

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